Quisiera expresar brevemente
el año en curso vivido.
Los primeros pasos fueron,
sin altercados, tranquilos.
Mas llegó a todos los hombres
un diminuto bichito.
Nos encerramos en casa
para vivir prevenidos.
Amainado un poco el viento,
tras meses de cautiverio,
volvía a ser todo lo mismo.
El verano da comienzo
con un ritmo parecido:
muere mamá Rosa;
Jesús la lleva consigo.
Sor María Luz, no tardando,
en dos días, lo mismo.
Habíamos repuesto fuerzas
Y ¡zas!, vuelve otra vez el bicho
y contagiadas quedamos:
compartimos con los hombres
su mismo camino vivido.
¿Cómo fue esa aventura?
Una se queda en cama
por varios días seguidos.
Su mejoría no llega.
La llevan al hospital;
allí da positivo.
Luego mueren dos hermanas:
Ángeles, en un suspiro;
Amalia, dos días después.
¡Cuánto vaivén sufrido!sz
Nuevamente confinadas,
¡Qué manera de vivirlo!
Desconcierto, hubo un poco:
los días se hacían siglos.
Mas templadas esas cuerdas,
algo extraño es lo que vimos:
Éramos un montón
y UNA ahora.
¿por qué ha sido?
Betania nos convocaba
como tiempo atrás hiciera
a Jesús con sus amigos.
Tan extraño como hermoso:
en la tele, eucaristía;
siempre diferente,
aunque pareciera lo mismo.
El asombro nos podía
por lo absurdo en apariencia
y doloroso que vivimos.
Mas no queda ahí todo:
enlazado, ha conseguido
valor positivo, en todas.
Lo que brota desde dentro
es: ¡Gracias, Señor Jesús!
Si hemos cantado victoria,
por tu presencia ha sido.
Pues a la debilidad de siempre
algo interior ha urgido
a vivir con ánimo, de frente
y, como decía al principio,
no somos ya diez y siete,
somos UNA, ¡qué sorpresa!
Se va cumpliendo el deseo
que expresó Juan en sus escritos:
“que sean uno”, decía.
¿Es eso cierto en nosotras?
No lo sé a ciencia cierta,
pero estamos en camino.
Una última palabra:
Un hijo no se acuesta
sin dar un beso de mimo
a quien le llevó en las entrañas.
Nosotras, hoy, te miramos,
madre nuestra del Camino,
y las gracias queremos darte,
porque, juntamente con tu hijo,
nos habéis abierto puertas
aunque estaban con pestillo.
Gracias, Jesús; gracias, Madre.
Repuestas casi del todo,
retomamos ya la clase
en la escuela de Benito.
Y a todos cuantos miráis
esta casa con cariño,
también os damos las gracias
por vuestro interés, oración
y ánimo vivido.
Gracias, Señor Jesús;
gracias, Virgen del Camino;
gracias, hermanos todos;
nuestra gratitud inmensa
casi llega al infinito.
(R.M.)

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Anselmo Saludes Lopez (miércoles, 09 diciembre 2020 22:20)
Acostumbrado al trabajo como voluntario en el albergue este año he echado mucho de menos, esos días que aunque empezaban a las 5 de la mañana y terminaban tarde, se me pasaban en un suspiro, esa oración del peregrino con la Salve desafinada por mi parte pero cantada con todo el corazón y el cariño que nuestra Santísima Madre se merece, esa grata labor de atender a los peregrinos que me necesitaban, esas risas y esos momentos que hay que vivirlos desde el corazón y atraparlos por que no vuelven, no apreciamos lo que tenemos hasta que nos falta. Por último desearos a todas mucha salud y fuerza para afrontar con entereza y dignidad esta pandemia y feliz Navidad a todas con el deseo de que Jesús vuelva a nacer de nuevo en nuestros corazones.
Ernestina (jueves, 10 diciembre 2020 14:44)
Muchas gracias Anselmo por su comentario deseamos que pronto se pueda volver a abrir el albergue un abrazo grande