PENTECOSTÉS
AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor...." (Jn 20,19-23).
Turbados y con miedo,
se ocultan tras la puerta.
Pronto les sorprende
extraña presencia.
¿Quién es? Se preguntan.
Sin apenas respuesta,
su sentimiento torna
a alegría verdadera.
¿Qué tienes, Jesús?
Trastocas la vida entera:
el miedo se va perdido
y tú con nosotros quedas.
Si conociéramos todos
la paz que en ti se encuentra...,
si yo fuera sensible
a tu estancia, en mí, secreta...,
no esperaría cielo;
contigo, lo sé,
contigo, está en la tierra.
(R.M.)

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