DOMINGO, SANTÍSIMA TRINIDAD
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mt 28,16-20).
"Id y haced discípulos de todos los pueblos": Son las palabras de despedida de Jesús, su mandamiento final para nosotros.
Pero pegas que vemos, Jesús:
¿Tú nos has mirado bien? ¿Te has fijado en cómo estamos? Pocos, muchos mayores, con muchos miedos y dudas. No nos gustan los jaleos; preferimos estar sentados disfrutando de nuestra relación mística contigo...
Pues fijaos en mi equipo inicial: ¡Qué grupo!
- Un Pedro impulsivo y obstinado.
- Un Juan queriendo destruir hombres con fuego bajado del cielo.
- Un Felipe que, a pesar de estar tanto tiempo junto a mí, no me conoce.
- Un Tomás que no cree nada.
Además siempre desunidos, luchando por los mejores puestos. Para lo único que se pusieron de acuerdo fue para dudar de mi resurrección.
Y a pesar de todo eso, ellos se pusieron en camino y llevaron mi nombre a todas las naciones. Todas esas limitaciones no les impidió obedecerme.
También para vosotros está este mandato: hay una tarea grande que emprender. Y la victoria solo es posible si hay alguien que no abandona el campo de batalla. Y para asegurar la victoria os hago esta promesa: Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
(E.A.)

Escribir comentario
yolanda moctezuma quiroz (lunes, 31 mayo 2021 07:33)
Que hermosa reflexión, Dios las bendiga.
Ernestina (lunes, 31 mayo 2021 15:56)
Muchas gracias