Acogida cristiana a los peregrinos del Camino de Santiago
¿Qué son los Hospitaleros Voluntarios? :
Hazte Hospitalero Voluntario
¿Para qué te necesitamos a ti que eres joven, o joven de espíritu? Para acoger a los peregrinos que vienen a nuestro albergue, para prestar un servicio como HOSPITALERO VOLUNTARIO.
Vienen muchos peregrinos durante todo el año, sobre todo en verano, y necesitamos ayuda.
¿Qué se hace? Se les recibe (es bueno saber idiomas para practicar con los extranjeros). Se les atiende, se habla con ellos, se les ayuda, se les transmite la fe….
¿Cuánto tiempo? Lo que tú quieras: desde unos días hasta que te canses
Inscripciones: [email protected]
La Acogida de hoy en nuestro Monasterio
Hay constancia de que nuestra comunidad acoge peregrinos desde el siglo XV. En el pueblo de Carbajal de la Legua, donde vivimos desde el s.XII hasta 1.600, hay un documento del año 1490 que dice: “Las monjas tienen un hospital”, es decir unan hospedería, seguramente para atender a los peregrinos necesitados que transitaban por el Camino Francés. Carbajal, con su monasterio de benedictinas, era el primer pueblo poblado que, partiendo de León, encontraban los peregrinos.
Se conserva un escrito de 1590 que refleja cómo entre las personas a las que el monasterio pagaba salario, estaba la hospitalera.
¿Cómo les acogemos en la actualidad?
Siguiendo la tradición de nuestras hermanas, también la comunidad de Santa Mº de Carbajal del siglo XXI quiere acoger a los peregrinos y por eso se abrió el albergue que, situado en el casco antiguo de León al borde del camino de Santiago, funciona desde 1993.
¿Qué deseamos ofrecerles?
Lo primero que constatamos en los encuentros que tenemos con los responsables de otros albergues es que hay diferentes formas de situarse ante esta realidad de los peregrinos y todas ellas se complementan.
Nosotras somos conscientes de que el talante contemplativo es importante para cualquier forma de acogida pero más importante aún, si cabe, cuando se trata de la acogida de peregrinos. ¿Por qué? Porque nos encontramos con personas muy diferentes que generalmente vienen cargados de heridas y son tremendamente vulnerables. Ello nos obliga a una especial delicadeza y atención para poder ayudarles, para acertar, en la medida de nuestras posibilidades en ofrecerles aquello que están realmente necesitando; para que nuestra acción hospitalaria sea en realidad una respuesta a sus necesidades.
Este talante contemplativo nosotras lo adquirimos manteniendo nuestra vida de silencio, oración y vida de comunidad. Al acallarnos a nosotras mismas nos hacemos capaces de dar entrada y acoger la realidad del otro. Creemos que sólo la calidad y profundidad de nuestra vida monástica aseguran la verdad de nuestro servicio a los peregrinos.